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Muchas opciones hay a la hora de proteger tus instalaciones, pero pocas óptimas como la combinación de las puertas cortafuegos y una cerradura adecuada, que hacen un equipo perfecto. A continuación, te contamos por qué en este artículo.

Las puertas cortafuegos, una garantía para la seguridad

Seguramente hayas escuchado hablar mucho sobre las puertas cortafuegos, pero tal vez no tengas idea de qué se trata. Aunque te aseguramos que, incluso aunque no hayas oído nada sobre ellas, seguro que las conoces.

Las puertas cortafuegos, como cualquier puerta, dividen habitaciones. Sin embargo, a diferencia de una puerta común y corriente, las puertas cortafuegos cumplen la función de aislar una habitación en particular en el caso de que se produzca un incendio.

Por otra parte, y en clara relación con lo anterior, las puertas cortafuegos tienen otra característica: su rápida apertura. Justamente en sintonía con un posible caso de incendio, las puertas cortafuegos cuentan con una barra que permite abrirlas rápidamente, algo de vital importancia en el caso de una evacuación.

Sin embargo, eso no es todo. Es que las puertas cortafuegos, además de brindar seguridad y rapidez, cuentan con otras ventajosas características que te contamos a continuación:

  • Durabilidad. Las puertas cortafuegos poseen un auto cierre que permite su buena conservación, pues atenúa los impactos del cierre estirando así la vida útil.
  • Resistencia al fuego. Por supuesto, las puertas cortafuegos presentan una alta capacidad de resistir el calor del fuego en el tiempo, que puede alcanzar un máximo de 120 minutos.
  • Aislamiento total. Si bien está claro que las puertas cortafuegos permiten cortar el paso del fuego durante una buena cantidad de tiempo, lo que pocos saben es que también evitan el paso de los gases tóxicos que se generan con la combustión.

La cerradura adecuada: consejos para elegirla

Tan importantes como las puertas cortafuegos lo son las cerraduras. Muchas veces parece una nimiedad, pero escoger la cerradura adecuada para tu puerta es vital tanto para la funcionalidad como la seguridad.

En ese sentido, lo primero es identificar nuestras necesidades. ¿Qué cerradura queremos? En este punto encontraremos que hay distintos tipos, que te detallamos a continuación:

  • Cerrojo. Es la más sencilla de todas, pues no cuenta con picaporte.
  • Manija. A diferencia del anterior, este tipo de cerradura cuenta con picaporte, que en este caso es una manija. Es de los más utilizados.
  • Perilla. Similar a la cerradura anterior, pues también cuenta con picaporte. La diferencia radica en el tipo, pues en este caso es una perilla. También es de las más utilizadas.
  • Sobreponer. Se utiliza principalmente en portones ubicados en los patios. Se trata de una cerradura robusta ideal para herrería de tamaño considerable.
  • Eléctrica. Otro de los tipos más utilizados en el mundo moderno, en el cual las cerraduras eléctricas cobran preponderancia por su practicidad tanto en residencias familiares como en edificios corporativos.

Una vez determinada cuál es nuestra necesidad, debemos prestar especial atención a nuestra puerta. Particularmente debemos fijarnos cuál es su altura y su grosor, y también hacer hincapié en si la puerta se abre hacia adentro o hacia afuera.

Las puertas cortafuegos y una cerradura adecuada son el equipo perfecto. Es por eso que, si quieres saber más sobre el tema, puedes ingresar a la web de Madrid Cerrajeros, cuyos profesionales expertos en la materia sabrán asesorarte para obtener los productos que mejor se adapten a tus necesidades.

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